Leyenda negra del castillo de Montjuïc


«Perder el Museo Militar es atentar contra el patrimonio catalán»

-¿Tiene base histórica la leyenda negra creada con el castillo de Montjuïc?
-En absoluto. Esta campaña se basa en mentiras, empezando por la idea de que Felipe V construyó la Ciudadela y Montjuïc para reprimir Barcelona. Es cierto en el primer caso, no en el segundo. El castillo empieza a construirse 43 años antes de nacer Felipe V, y ya en la Guerra de Sucesión su guarnición, claro, es austriacista. Es más, en 1706, la población civil de Barcelona sube de motu propio al castillo a defenderlo del ataque borbónico.

-Otro argumento. La ciudad es bombardeada desde el castillo en varias ocasiones.
-Sólo en dos casos. La primera en 1842, por Espartero, y al año siguiente por Prim, diputado por Barcelona, en un ataque mucho más intenso. Los dos son generales progresistas, y el cañoneo no es contra Barcelona, sino contra los barrios donde vivían los progresistas de izquierdas que primero les ayudan a auparse al poder y luego se enfrentan a ellos. No hay ningún odio de lo castellano contra lo catalán.

-Sí que el castillo se asocia a la represión franquista.
-Mire, Franco fue terriblemente represivo, pero no desde Montjuïc. Durante la Guerra Civil, en el castillo los republicanos fusilan a 37 militares y 21 civiles y lo usan como prisión. Acabada la guerra, Franco no fusila allí, sino en el Campo de la Bota, aunque en el castillo se fusila al president Companys, al general Escobar y a cinco mandos de la Guardia Civil. Montjuïc tampoco fue la gran prisión franquista, que sí fue la Modelo.

-Se ha convertido en una cuestión simbólica.
-Pues es una absoluta locura: si decimos que Montjuïc es la expresión del poder militar, la represión y el despotismo, pues también habrá que desacralizar la Catedral como símbolo del oscurantismo, las Atarazanas porque allí se construían barcos de guerra o el monumento a Colon porque fue el primer colonialista.

-Incluso siendo cierta la leyenda negra de Montjuïc, ¿tiene sentido lo que se está haciendo?
-Pues no. Todos los castillos del mundo, empezando por la torre de Londres, han servido de prisión y de plataforma artillera, y en sus patios han rodado cabezas. Pero todas las ciudades los conservan con orgullo. En cambio Montjuïc es estigmatizado por el propio Ayuntamiento: no tiene ni pies ni cabeza. Entiendo que el Consistorio no tiene intenciones perversas con Montjuïc, pero sí hay una presión de grupos demagógicos, intencionadamente desinformados, antifranquistas una vez con Franco muerto, que quieren acabar por ejemplo con el Museo.

-El Museo Militar hay que modernizarlo.
-Sí, está anticuado, hay que rehacerlo, pero su colección es espectacular, magnífica. Mire, hay la mejor colección sobre armas ligeras de la Guerra Civil en el mundo, una extraordinaria serie de armas recogidas por todo el mundo por Frederic Marés, los cañones de la fundición de las Ramblas, que en otras ciudades se conservan como un tesoro, pistolas de Ripoll... y una colección bien conservada pero mal expuesta de material bélico de todo tipo.

-También se muestra el esfuerzo bélico de la República.
-Sí, una parte no museizada de lo que se conoció como «Indústries de Guerra» de la Generalitat republicana. También hay ejemplos notables de armas aportadas por la Unión Soviética a la República, armas que se ensayaron aquí durante la guerra pero que luego no se usaron. Con un buen proyecto tendríamos un museo de primera magnitud. Se requiere una museización inteligente. Perder este patrimonio es un atentado contra Cataluña

-Ya se han llevado los cañones del patio de armas.
-Sí, y hemos perdido una pieza muy importante, única, el cañón de un submarino alemán de la primera Guerra Mundial. Las piezas no tenían que estar en el patio de armas, porque le quitan perspectiva, pero de aquí a regalarlas... El museo requiere modernizarse, no esta locura. En cualquier otra ciudad se hubiese montado un escándalo impresionante. Aquí, tan tranquilos.

-Ramon Folch, autor del proyecto global para recuperar el castillo, coincide con lo de salvar el museo.
-Es que es un tesoro que si se pierde no se volverá a recuperar jamás. Mire, que hoy por hoy el Museo de Historia de la Ciudad esté intentando reconstruir las baterías antiaéreas de la Guerra Civil en el Turó de la Peira, donde no queda nada, y que en cambio una cosa tan importante como Montjuïc se quiera liquidar no tiene sentido. Y es que, además, la idea que puede ser la línea argumento del nuevo museo puede ser del todo pacifista: mire, decir algo así como, «esta es la historia de la mala leche, hoy por suerte lo hemos superado».

-Pues aparte de usted no se ha oído a ningún otro historiador quejarse por la desaparición del museo.
-Mire, todos los historiadores con los que comento este asunto se quedan horrorizados, pero hay como un miedo enorme a ser tachado de militarista, de franquista, de anticatalanista y no sé que más. Hay miedo a ser estigmatizado.

-¿El castillo es lo bastante grande como para acoger los nuevos proyectos y el museo?
-Hay espacio de sobras. El nuevo museo tiene que ser más pequeño, porque hay una parte de la colección que no tiene entidad y es redundante, pero hay otra que es un tesoro. ¿Cincuenta espadas iguales? No, mire, escoja las cinco mejores y haga una buena explicación. Más allá del museo, pues que el Ayuntamiento haga lo que quiera, un centro de la paz o un «music hall», pero el museo que no lo muevan, porque el sitio donde tiene que estar es Montjuïc. Todo es tan evidente que hasta da vergüenza explicarlo. Cuando esto lo cuento en Madrid se ríen. En Zaragoza ya esperan con los brazos abiertos parte de la colección.

-¿Le han pedido opinión?
-Sí, el Ayuntamiento me convocó a una reunión, expuse mi opinión, y creo que en gran parte estaban de acuerdo, pero está claro que no me hacen caso. Entiendo que no es el PSC quien monta esta película, que van a remolque. Pero no son capaces de decir hasta aquí hemos llegado.

-Se compara el caso de Montjuïc con la retirada de símbolos del franquismo.
-Es distinto, soy favorable a retirar los símbolos, como el escudo franquista de la fachada de Capitanía. Pero lo de Montjuïc no es provinciano, no, es de pueblo pequeño. Estamos quedando fatal.

-Se explica que Montjuïc será un puntal en el proyecto de recuperar la memoria histórica.
-Todo lo contrario. El caso del castillo y del Museo Militar es precisamente un ejemplo perverso de memoria histórica, de destrucción de la memoria histórica. En Montjuïc había que sacar la estatua de Franco, lo que ya se ha hecho, y enderezar el Museo. El resto es una vulgar demagogia. Hemos presenciado el follón para recuperar los papeles de Salamanca, la siguiente generación verá el intento de recuperar el patrimonio de Montjuïc, lo cual será imposible se nadie lo remedia ya.

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